Julio no es un mes al que tenga especial aprecio. Además de que no me gusta el calor, Julio es un mes de pérdidas de seres muy, muy queridos. Un mes de julio perdí a la segunda mujer que más he querido y admirado, mi abuela materna. Un mes de julio perdí a mi pequeño gatito, que fue mi compañero durante casi 20 años y compartió conmigo algunos de los momentos claves de mi vida. También el pasado mes de julio, con 9 años y un día de diferencia, despedí a mi maestra peluda, a Luna, mi amada Luna, con la que tanto, tanto he aprendido y compartido.
Vivir el duelo de tu mascota no es sencillo
Son momentos en los que he sentido que mi alma se resquebrajaba, que mi corazón se rompía por dentro y quedaba vacío. Son momentos para los que no hay preparación que valga ni fácil consuelo. Momentos de intenso dolor y vulnerabilidad, que se hacen especialmente crudos cuando se trata del duelo de un animal de familia. Porque, a la fiesta del dolor y la desesperanza que nos invade cuando perdemos a un ser amado, se suma que nuestra sociedad aún no respeta, ni mucho menos sostiene, lo más mínimo, el duelo por un animal.
Antes, al contrario, produce rechazo, falta de comprensión, se estigmatiza… Los que hemos vivido este duelo, nos sentimos solos y juzgados. ¡Qué duro tener que hacer como si nada pasara porque hay que cumplir en el trabajo! ¡Qué duro escuchar palabras y frases necias como “bueno, solo era un animal”, “bastante vivió, ellos viven menos…” y tantos otros descorazonadores juicios de aquellos que no han aprendido aún a apreciar el profundo amor y la complicidad de la relación con otros seres no humanos.
Es ya hora de cambiar las cosas, de aprender a respetar y aceptar el vínculo humano-animal, y de brindar apoyo a las personas que transitan estas experiencias con la sensibilidad y la profesionalidad precisos.
Por eso, me pongo a tu disposición, madre o padre de perruno, gatuno, o cualquier otro ser amado para sostenerte y acompañarte en este complicado trance. Si te sientes identificad@ conmigo, el Proyecto Madres Perras está aquí para darte consuelo.